Hoy se cumplen 50 años de “Hasta que se ponga el sol”: Cómo se gestó una película histórica
Compartimos el texto que ha escrito Daniel Ripoll, fundador y editor de la revista Pelo.
En el invierno de 1972, cuando ya tenía todo preparado para realizar el B.A.ROCK III en los bosques de Palermo, el gobierno encabezado por el dictador general Lanusse, me suspende manu miitari el permiso para hacerlo, como a los dos anteriores, en el Velódromo, de avenida Figueroa Alcorta. Me advirtieron que no lo podía hacer ahí ni en ningún otro lugar público. Desesperado, salí a buscar un lugar descampado, privado y al aire libre. Así fue que encontré un predio en manos del Club Argentinos Junior que estaba literalmente abandonado.
Me encontraba en medio de ese caos de tener que cambiar de caballo en medio el rió, cuando una tarde se me presenta en la redacción Aníbal Uset, un director de cine a quien apenas conocía. Me proponía filmar el festival que yo estaba programando. Debo confesar que me dio un poco de desconfianza porque su película anterior había sido El Rey en Londres, un film que tenía a Palito Ortega como protagonista… Algo que estaba en las antípodas de mis parámetros estéticos. Sin embargo, me dio todas las garantías y me dijo que la película sería sostenida por Aries Cinematográfica, una poderosa productora, de los también directores de cine Ayala y Olivera.
En esos momentos, la expulsión del Velódromo me había dejado en shock y con muchos problemas de logística: baños, instalaciones, escenario. El festival tambaleaba. Entonces se me ocurrió que sí le daba el okey a Uset para filmar el festival, su productora, al menos, podría montarme el escenario que necesitaba, que era vital para la realización. Aceptaron, y así fue que rubricamos el acuerdo con Héctor Olivera en sus estudios del barrio de Palermo.
Ese es la historia de cómo se pactó la primera película argentina sobre música y cultura rock.
Justamente un día como hoy, cincuenta años atrás, en 1973, se estrenaba la hoy famosa película en Lavalle, la calle de los cines, y en un circuito de cines de todo el país. "Hasta que se ponga el sol", es al día de hoy es una de las películas más vistas del cine argentino, que han visto millones de personas de varias generaciones y que fue ganadora, además, del gran premio Cóndor de Plata del cine nacional.
Su título, que está grabado en muchos imaginarios, fue extraído del mismo slogan que yo usaba para el festival desde 1970. La frase, en realidad, hacía del defecto virtud, porque en realidad se refería (y advertía) que al caer el sol nos teníamos que ir todos porque los militares no nos permitían hacer música de noche. Hoy parece inconcebible, pero en esos tiempos de terror y prepotencia era así…
Por toda esa épica, por aquellas pequeñas resistencias a los opresores y mentes oscuras, hoy quiero agradecer a todos quienes participaron. En primer lugar al fallecido Aníbal Uset, y también a su productor, Héctor Olivera. Por supuesto, a todos los músicos que protagonizaron esta película monumental que documenta, como único y primigenio testimonio, el nacimiento de una cultura argentina. Y darle mis eternas gracias al público: a los que asistieron en vivo, a quienes vieron la película en su período de estreno, a los que luego la siguieron por años, como en un ritual en centenas de funciones de trasnoche, y finalmente gracias también a las nuevas generaciones que la disfrutan ahora de a millones en las redes sociales.
Muchas gracias.
Daniel Ripoll.