FESTIVAL PUNTAS ROCAS 97
Corría el año de 1997, el Perú se encontraba saliendo poco a poco del terror que se vivía, se respiraba un poco de paz y la escena musical rockera estaba en toda su plenitud. Las radios todavía gozaban de autonomía, aun no utilizaban un random de 500 canciones, había programas que apostaban por las bandas locales, la prensa dedicaba portadas y columnas a la cultura, algunas veces mezcladas con calatas al igual que la televisión que estaba dando sus primeros pininos en el camino del embrutecimiento colectivo.
Fue así como llegó a mis oídos de un posible gran festival al mejor estilo Woodstock con bandas nacionales e internacionales. Luego me enteraría que el proyecto se había convertido en una Feria Rockera, con las presentaciones de bandas locales e internacionales, durante algunos fines de semana en la playa Punta Rocas, al sur de Lima. Por aquellos días mi antigua banda Carnaval Patético gozaba de una pequeña popularidad, que alcanzó para ser convocados al concierto de inauguración de esta feria en el mes de Febrero de ese 97, junto con las bandas Mezcal (del actor Juan Pablo Saldarriaga), La Liga del Sueño y Los Zopilotes.
El lugar prometía, creo que se intentó hacer una pequeña versión playera de la Feria del Hogar. Bonita decoración, buenos equipos, gran escenario, stands de venta de ropa, heladerias, artesanías, restaurantes, juegos, bares y hasta una discoteca, todo esto en la misma playa al lado del mar. Dos días después de aquella presentación nos volverían a llamar, esta vez para proponernos que seamos una de las bandas soporte para el cierre de la Feria Punta Rocas, que sería con la banda mexicana La Maldita Vecindad y los Hijos del Quinto Patio. La mañana que fui a las oficinas de Diesel (marca auspiciadora del evento) a firmar el contrato, escuche que estaban viendo como solucionar algunos asuntos de produccion, di algunas sugerencias al respecto, me preguntaron si sabia del tema, les dije que si y me propusieron trabajar en produccion, específicamente de algunas cosas de logisticas a cargo de las bandas que vendrian para el evento.
Ya de regreso tuve que desdoblarme para llevar a la gente de TTM a almorzar, Fidel y Pablito Molina comida vegetariana, y comida normal para los demás, y a el baterista Pablo Potenzoni, que no estuvo a la hora del almuerzo, me lo llevé a comer un rico menú donde una caserita, dentro del mercado de Surquillo, del cual salió recontento. De regreso al hotel me fui a comprar cuerdas de guitarra para Gamexane (guitarrista de TTM) y ya por la noche vino el bus para llevarnos a la feria, para que veamos las presentaciones, del grupo Argentino Tropimach (esos de Martha soy el número uno, Martha cuando pueda te vacuno) y el salsero Antonio Cartagena. Llegamos a la feria y todo estaba impecable. Había poco público, justo cuando bajamos estaba cantando Antonio Cartagena. Yo estaba con Fidel Y Pablo, quienes comentaron que les gusto mucho el show de Cartagena. Pero cuando empezó Tropimatch, mis acompañantes me dijeron, ¡Che que hacen esos boludos acá, Annndaaaa! Así que abordamos el bus de regreso al hotel. Pablo y Fidel se fueron a dormir (al menos eso fue lo que dijeron). Con Félix (Bajista de TTM), el Bocha (Manager de TTM) y Potenzoni (Baterista de TTM) decidimos salir a tomar unas cervezas por Miraflores, para terminar en uno de esos antros innombrables de aquellas épocas.
Con Criminal, el sonido mejoró, contaban con un buen equipo humano y un técnico de sonido que los respaldaba. Temas furiosos, uno tras otro, se armó el pogo y el slam, se sentía la experiencia del ex Pentagram Anton Reisenegger en el escenario, los demás músicos técnicamente impecables, fue casi una hora de pura brutalidad sónica, que precedió al grunge de los Huelga de Hambre en el escenario. El público como que había quedado maltrecha después de tanto Trash Metal, igual la banda conto con sus incondicionales seguidores, que estaban ahí cantando sus canciones. Solo debo haber visto tres temas, ya que tuve que regresar a los camerinos para ayudar a que TTM, tuvieron un show pulcro y profesional.
Llegaria el turno de Todos Tus Muertos, el lugar se desbordo de gente, empezaron el show cantando guantanamera en una version media reggae chachacha latinoide (Hijo Nuestro)para despues cambiar a un punk rock re furioso, en ese momento pude ver a muchos metaleros regresando, mezclandose entre punks, rastafaris y demas tribus para darle duro una vez mas al pogo.
Fue mas de una hora de show, los que ya han escuchado a Todos Tus Muertos, saben que ellos pasan de la cumbia al Hard Core, del Reggae al Funk Metal, Rap, Ska, etc. Podias ver a la gente bailando o matandose, Trece, Dale Aborigen, Andate, Gente que No, termino el concierto con Alerta Guerrilla con casi mas de 50 personas en el escenario saltando, la suerte estuvo a favor y no se vino abajo. Fue asi como termino una noche memorable en la feria de Punta Rocas, bandas y publico satisfechos, algunos terminaron la fiesta por la playa, otros por algun balneario cercano, otros regresando a Lima, lo unico que pude ver es que la fiesta siguio y yo segui en ella.
Amaneció, todos a descansar , por la noche ir al aeropuerto a dejar a Criminal y Todos Tus Muertos a tomar su aviones de regreso, se fueron muy satisfechos que fue lo mas importante y por mi parte decir misión cumplida.
El sábado 22 de Febrero se realizó la tercera fecha, esa noche estuve más como espectador. Todo fluía con más orden, y esta vez no hubo ningún tipo de desmadre, solo público que cantaba, tomaba cerveza y bailaba bajo la luz de la luna. Abrió Madre Matilda, lamentablemente no los pude ver, recién llegué cuando iba a tocar Pedro Suarez Vértiz, que como siempre canto todos sus hits radiales para deleite de su público mainstream que disfrutaba cada uno de sus temas. La verdad es que a la tercera canción me metí a los camerinos a tomar unas cervecitas y conversar con la gente de producción, cuando salí todavía seguía Pedro. Deambulé un rato por la feria hasta que llegó el turno de Linda Perry, la ex vocalista de la banda Four None Blondes. Me acerqué al escenario para ver de cerca el show, una onda entre folk y rock, por ahí había momentos más fuertes, una voz super potente, versátil, pasaba de lo dulce a lo rasposo y duro, generando momentos Zepelianos. Los músicos filin en su ejecución, fue una presentación tranquila, que la disfrute mientras tomaba unas cervezas. Así concluyo mi participación trabajando en la Feria Punta Rocas, ahora quedaba esperar la última fecha, la más esperada, el cierre con la banda mexicana Maldita Vecindad y Los Hijos del Quinto Patio.
Sábado 01 de marzo, llego el día del evento, a cada banda se le asigno una cooster para su transporte, llegamos a la playa a eso de las 5pm. la gente ya estaba llegando al recinto, el ambiente era muy festivo, detrás del escenario los músicos, sonidistas, técnicos y demás preparando la prueba de sonido, todo estaba bien ,nada hacia presagiar que algo malo podría pasar. De pronto la electricidad no llegaba al escenario, según investigue en ese momento era el grupo electrógeno el que estaba fallando, todavía era temprano, el problema era solucionable, así que mientras se esperaba que solucionaran ese imperfecto, la gente seguía en ambiente festivo en el backstage y camerinos.
El tiempo seguía pasando, ya estaba oscureciendo, nos dicen que ya llego el nuevo grupo electrógeno, todos esperando con ansiedad por que las horas pasaban y el publico ya se estaba impacientando, se escuchaban los primeros silbidos de los asistentes que cada vez eran mas, de pronto nos informan que el nuevo grupo electrógeno tampoco funcionaba, ya se sentía la tensión, los silbidos y gritos de la gente era mas fuertes, los ánimos cada vez mas se iban caldeando mas y mas hasta que se sintió los primeros objetos arrojados al escenario, detrás del escenario podíamos sentir como golpeaban los equipos de sonido, los gritos cada vez eran mas furiosos hasta que se subio alguien al escenario y con los puños en alto dio inicio a los destrozos de todo lo que tuvieron a su alcance alcance.
Todos los presentes abandonaron el recinto como pudieron, todo se salió de control, empezaron los disparos al aire, saqueo, incendio, los músicos buscando como poner a buen recaudo nuestros instrumentos y equipos.
Como dato anecdótico como les conté todas las bandas tenían una cooster a su disposición en donde teníamos guardados nuestras cosa, cuando todos emprendía la fuga nos dimos con las sorpresa que el chofer y su copiloto que nos habían traído no estaban, teníamos que salir de ahí y sacar nuestras cosas como de lugar así que en ese momento mi gran amigo José “Pichio” José Ballumbrosio quien era el percusionista de Carnaval Patético se subió al vehículo, tomo el timón y nos grito “empujen” creo que su idea era prender el auto de esa manera, lo cual le hicimos caso, solo se que mientras empujamos vi que se tumbo una pared de cañas que era las que resguardaban la feria y caer por una enorme zanja de nariz empotrándose en la arena, todos nos quedamos mirando y solo atinamos a subir al bus de cabeza, sacar nuestras cosas y cada quien ver como salía de ahí .
El productor del festival Franklin Jauregui (Director de la revista Esquina) tuvo que reorganizar todo desde cero y dio la buena noticia que el concierto se daría en tres días, esta vez en la concha acústica del Campo de Marte.
Miércoles 05 de marzo, Llego el día, las puertas se abrieron desde las 5pm. la gente llegaba a tropel, el sol todavía estaba seguía iluminando fuerte augurando lo que que vendría.
El show comenzó con “Del Pueblo y Del Barrio” con una transgresora performance para la época con el gran Piero Bustos al salir con un trapo rojo rojo tapándole el rostro, lo mejor fue la roceada de insecticida que les dio al disque personal de seguridad 911, que fue lo único negativo del evento, causando mucha incomodidad con actos matonescos desatinados tanto a los espectadores como a los músicos.
Llego el turno de “ Los Mojarras” estaban en su mejor momento de popularidad, recién habían llegado de su gira por Alemania, sus temas sonaban en todas las radios, comenzaron los primeros atisbos de baile y pogo, caía la noche y todo comenzaba a arder.
Llego mi turno con Carnaval Patético, solo recuerdo haber subido y tocar 5 temas al hilo, uno tras otro y bajarme por lo apretado del tiempo, igual se disfruto.
Una vez terminado mi show, me dirigí rápidamente a guardar mis cosas para irme a un lado del escenario y poder ver el concierto que tanto estuve esperando “Maldita Vecindad y Los Hijos del Quinto Patio”.
Empezaron su show con un tema instrumental llamado Cenizas de su disco “Baile de Mascaras”, ultimo trabajo el cual estaban promocionando, el gran Sax tocando primero un Digiridu para luego pasar a una flauta marroquí, Roco pachukote saltando de lado a lado, energia, fuerza, sabrosura y magia en el escenario, empezó el desmadre, una nube de polvo se eleva ante la frenética danza de la asistencia que no paraba de bailar, saltar, poguear, sonaba Pata de Perro, un Gran Circo, Don Palabras, Salta pa’ Tras, Toño, No Les Creo Nada, Solim, Supermercado, Un Poco de Sangre, Morenaza, fueron mas de dos horas de show, tocaron casi todo de sus tres producciones (a excepción del tema Rafael que me quede con la ganas de escuchar ) se escucha la trompeta mariachi y la voz de Roco gritando “Ya llegó tu Pachukooooteee” la noche llega a su clímax total, suena Pachuco en versión extended como para que la gente se termine matando, cierran el show con su versión de “Querida” de Juan Gabriel, invitan al escenario a parte de Carnaval Patético a compartir con ellos el tema, es así como se cierra una grandiosa noche que quedaran para siempre en la memoria de todos los presentes en esta fiesta de raza, danza y mestizaje.
Todos salimos del recinto felices, la fiesta seguiría una vez mas en diferentes lugares de Lima, fue uno de los conciertos con mas tropiezos que eh visto y a la vez uno de los mas grandiosos por todo lo que significo lograrlo para tener como recompensa un tremendo show, la misión se cumplió de manera estoica a pesar de los hechos trágicos que se suscitaron días antes, como para desanimar a cualquiera, la producción después tendrían que afrontar lo que venia, pero pudo mas ese espíritu rockero underground que te enseña como enfrentarte ante las adversidades, ese sentimiento por el rock and roll en donde se apuesta todo a ganador.
Esa noche no solo termino un concierto, termino el festival de Punta Rocas que tuvo que emigrar al campo de marte para poder cerrar con broche de oro un capitulo mas en la historia del rock en un país llamado Perú.